domingo, 6 de septiembre de 2015

Turquía (cómo llegar a Estambul)

Ruta establecida: Estambul - Esmirna - Kusadasi - Pamukkale - Capadocia - Estambul 
  Por suerte tengo varios amigos turcos que conocí durante mi estancia en Inglaterra que me han sido de gran ayuda a la hora de planificar mi viaje. 

   Viajamos a Turquía a mediados de septiembre con un presupuesto de menos de 1000 euros por persona durante 10 días. Volamos desde Gran Canaria a Barcelona y desde allí a Estambul vía Zurich. Los billetes desde Canarias a Barcelona ida y vuelta con Vueling nos salieron bastante caros ya que pagamos 200 € cada uno. Nuestro billete a Estambul con la compañía Swiss, que nos pareció la más econónica, fueron de 206 euros por persona. Como todos  los canarios sabemos, salir de las islas sale caro y eso que tenemos el famoso descuento de residente.

  Hicimos noche en en un hostal de Barcelona a 20 minutos caminando desde Plaza de Catalunya, donde descansamos sólo un par de horas ya que quisimos aprovechar la noche y ver un poco el ambiente.

  Nuestro avión salía a las 6:30 de la mañana, con lo que cogimos el transporte nocturno N17, que te lleva al terminal de aeropuerto en menos de una hora por 2 euros.

  El vuelo hasta Zurich duró dos horas. Allí esperamos una hora para salir a Estambul. Desde el avión se divisa una ciudad bastante grande a la que llegamos a la 13:30 horas.Durante el trayecto nos dieron de comer gratis. Cada vez son menos las compañías que ofrecen este servicio y un plato de macarrones, dos zumos y un postre, se agradece bastante para llegar con fuerzas a nuestro destino.

  A la llegada me doy cuenta que los visados los metí en la maleta que habíamos facturado. Preguntamos en la oficina de visados del aeropuerto y nos dijeron que teníamos que volver a sacarlos y pagar 25 € cada uno (primer timo). Como nos pareció un poco extraño nos arriesgamos a pasar por el control sin los visados a ver si colaba y tuvimos suerte. Probablemente los visados estaban informatizados y nos la querían colar.

  Salimos dirección Sultanhamed (casco histórico) después de 12 paradas en tranvía. Se paga con unas fichas que se compran en unas máquinas expendedoras que valen 4 liras turcas. La llegada al casco antiguo impresiona bastante al ver las dos grandes mezquitas ( la Azul y Hagia Sophia), comercios, los puestos de comida callejera y la cantidad de gente, sobre todo turistas. Nuestro hostal está bastante cerca de aquí, a donde nos dirigimos a dejar nuestras maletas. El hostal no tenía ningún cartel ya que era una vivienda que alquilaba habitaciones aunque por Internet se anunciaba como un hostal. El hostal estaba limpio, bien situado y teníamos una cama grande con vistas a una pequeña mezquita.(Dida Apart, 49 eur la noche). Nos querían cobrar el desayuno de nuevo pero nos negamos a pagar ya que estaba incluido en nuestra reserva (segundo intento de timo). El lugar es un poco peculiar porque se encuentra en una zona de gente humilde. A nosotros nos pareció bastante auténtico salir de la típica postal de Estambul. Para nada notamos inseguridad en esta zona, es más nos perdimos por sus calles donde encontramos donde comer por muy poco dinero en un puesto callejero donde comimos unos kebabs muy ricos y probamos el famoso Ayram (una especie de yogur aguado y salado) alejado de los turistas (todo por 7 liras). El sitio nos gustó bastante, supongo que por lo inusual de la situación, ya que estábamos sentados a una lado de la carretera por donde pasaba el tráfico mientras escuchábamos los rezos de las mezquitas. Seguidamente fuimos a la dulcería de enfrente a probar los famosos baklava donde (por terecera vez en el mismo día) nos querían cobrar de más. Nos querían cobrar 6 liras y le dimos 2 y al final aceptó. Más tarde descubrimos que el precio es todavía menor, así que íbamos aprendiendo la lección a medida que nos intentaban timar. Es el precio que se paga por tener el pelo rubio, supongo.

  Callejeando y dando más vueltas que un trompo nos encontramos la famosa "Casa Pedro", donde se pueden encontrar réplicas de bolsos y relojes de las primeras marcas. Allí coincidimos con una gran cantidad de españoles que iban a hacer sus compras. Pagar 200 euros por un bolso Prada o Louis Vuitton o 125 euros por un reloj de firma, cuando sus precios son superiores puede ser una "ganga". Yo particularmente no soy un fanático de las marcas ya que prefiero gastarme el dinero en otra cosa, mariposa.

  Fuimos a cenar a una terraza a lo alto de un edificio que parecía tener buenas vistas para divisar las mezquitas y sacar unas fotos, pero al llegar a lo alto del edificio ni nos gustaron las vistas por la arboleda que impedía ver la panorámica, ni el precio elevado de la carta, así que nos fuimos a una taberna (camino al hostal) donde había música en vivo. Comimos unos platos típicos turcos (como raviolis picantes con salsa de yogur) y unas cervezas por 28 liras. 

  Ya muy cansados después de un día bastante intenso nos fuimos a dormir a media noche. Mañana nos espera otro día movido ya que nos vamos a visitar Izmir. Ya contaré más sobre Estambul en nuestro regreso de la Capadocia.